miércoles, enero 10, 2007

LISBOA DICIEMBRE DE 2006- ENERO DE 2007 (3era parte)






... los contrastes de la vieja Lisboa con la Lisboa modernizada, a veces resultan chocantes.
Una vieja ciudad que envejece lentamente toda, desde sus viejos balcones, con sus viejas baldosas, sus viejos azulejos y sus viejos fados... se lamentan suaves y tenues ante esta modernidad que no acaba de hablar claro con sus ancestros...
Fachadas que se desmoronan callan sus lamentos, ante estos nuevos titanes de concreto, azulejos pintaditos y bien colocados, y estructuras que parecen esqueletos rescatados al mar, estructuras que parecen sábanas recien colgadas y extendidas al sol...
Solo que al final, lo viejo siempre tiene ese rico aroma a café recién hecho, mientras lo moderno de tan nuevo, se ve desgastado en sus materiales, desgastado en sus acabados, desgastado en sus baldosas que tiritan cuando las pisas, y que advierten ante nuestros ojos críticos... que no tienen la certeza de que algún fado en un bar malhumorado, les acompañe mientras envejezcan... solitarias...





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